Con el objetivo de explicar cómo minimizar el riesgo de fraude a los que las empresas están expuestas, especialmente en momentos turbulentos como el que atraviesa el Perú y el mundo a causa de la pandemia, dos expertos de PwC analizaron en el PAD los principales aspectos a los que la alta dirección debe prestar atención.
Nancy Yong y Armando Briceño, socia y gerente senior de PwC, respectivamente, explicaron que, dadas las circunstancias económicas, la plana directiva en las organizaciones está muy enfocada en no perder participación de mercado y recuperar los ingresos. Sin embargo, descuidar los aspectos referentes al fraude podría llevar a las organizaciones a perder no solamente dinero, sino la credibilidad que con tanto esfuerzo han construido durante años.
De cara al tema de la pandemia, el fraude tiene relevancia al interior de las organizaciones, indica Yong y precisa que hay que centrarse en identificar las posibilidades de riesgo de corrupción, de inadecuada apropiación de activos o de manipulación de estados financieros que pudiera haber en la propia empresa.
La socia de PwC explica que la manipulación de estados financieros puede concretarse de formas diversas que incluyen el adelanto de ingresos, no presentar gastos, diferir gastos, bajar la depreciación del activo fijo, no provisionar intangibles, entre otras.
Fraudes costosos y disruptivos
De acuerdo con una encuesta global de crímenes económicos conducida por PwC este 2020, en los últimos dos años casi el 50% de los encuestados (plana directiva) tuvo algún evento de fraude en su organización y cada empresa reportó un promedio de seis incidentes en el mismo período, explica Yong.
Otro de los datos que resalta en la encuesta de PwC es la cifra de US$42 mil millones en pérdidas por fraude a nivel global. Asimismo, en la encuesta, la lista de los cinco tipos de fraude más costosos la integran el soborno y corrupción, el uso de información privilegiada, temas de lavado de dinero, asuntos antimonopolio y el fraude fiscal.
Respecto a quiénes están cometiendo los fraudes, los datos de PwC indican que el 39% de perpetradores son externos: clientes (26%), hackers (24%) y proveedores (19%). Además, el 37% de perpetradores es interno: gerencias intermedias (34%), staff de operaciones (31%) y gerencia senior (26%). No obstante, Yong advierte de una tercera figura que va en aumento: la colusión entre los agentes internos y los externos.
La ejecutiva de PwC también indica que en los dos últimos años viene incrementándose los fraudes por parte de clientes debido a que no se realiza una correcta y debida diligencia. Dentro de la tipología de fraudes de cliente figuran modalidades como: clientes inexistentes, clientes informales, los que presentan información falsa, deudores en el sistema financiero y los que devuelven productos que no fueron los entregados.
Tecnología engañosa
En cuanto a los fraudes de tipo tecnológico, Armando Briceño explica que debido a la gran cantidad de correos que recibe un directivo, es muy probable que no tenga tiempo de leer todos y termine dando clic a software malicioso que lo perjudique de manera personal o que ocasione un impacto negativo a la empresa. La mejor forma de protegerse, a pesar de una agenda apretada, es leer cuidadosamente los correos electrónicos, recomienda el ejecutivo de PwC.
Pero la tecnología puede dejar pistas a las cuales prestar atención para la prevención de fraudes si se planifica adecuadamente. Briceño explica algunas alertas de fraude relacionadas con tecnologías de la información que se deben tomar en cuenta. En primer lugar, están las alertas en las aplicaciones: los cambios o modificaciones en las aplicaciones que no pasan por el proceso formal de cambios. También puede identificarse como una alerta la creación de cuentas ficticias o genéricas de usuarios, al igual que la creación de cuentas de súper usuarios o con permisos de administración.
Estas y un puñado de otras alertas pueden indicar muchas cosas vinculadas a los estados financieros. Especialmente en tiempos de crisis se pueden hacer excepciones para que los procedimientos sean más rápidos y ahí es donde hay que prestar atención.
Armando Briceño explica que el fraude puede darse a través de la manipulación de planillas, lo cual es sumamente crítico. Es necesario tener un adecuado sustento de los controles para bonos, horas extras y otras asignaciones. Inclusive, es necesario tener métodos alternativos de control, para efectuar verificaciones.
El gerente senior de PwC también señala que las bases de datos de trabajadores incluyen las cuentas bancarias. Si estas bases de datos son vulneradas se puede tener una serie de desembolsos sin justificación.
En cuanto a pagos fraudulentos en compras o servicios, Briceño indica que, por increíble que parezca, ocurre hasta en empresas muy grandes. La forma de evitar tener transacciones ficticias es teniendo una trazabilidad de los documentos clave para poder distinguir situaciones inusuales.
Respecto a la manipulación de estados financieros, el fraude puede darse, por ejemplo, para maquillar cifras que muestren que se llegó a una meta de ventas. Se suele crear facturaciones ficticias para los estados financieros que, posteriormente, se anulan con una nota de crédito. Este tipo de manipulación puede ser verificada contrastando la información de ventas con las salidas de almacén, por ejemplo.
Briceño destaca que cuando existen líneas de defensa que permiten que el estado financiero sea lo más transparente posible, el mismo se convierte en un gran informante de lo que ocurre en la organización; y mediante el uso de las alertas se pueden identificar situaciones inusuales que pueden revelar o un error o un acto doloso.
Para ver el webinar completo puedes hacer clic en este enlace.
29/08/2020 – Redacción PAD
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